En mis clases de inglés para estudiantes
universitarios, aplico estos criterios y procedimientos de selección de
contenidos de manera consciente. En primer lugar, selecciono temas y
vocabulario que son relevantes para las carreras de mis estudiantes, adaptando
el contenido a sus necesidades específicas.
Por ejemplo, si tengo estudiantes de medicina, me
enfoco en términos médicos y situaciones de comunicación que puedan enfrentar
en su práctica profesional. Si son estudiantes de negocios, me centro en
vocabulario relacionado con el mundo empresarial y situaciones de negociación.
Además, estructuro mis clases de manera coherente,
partiendo de lo más básico (gramática, vocabulario general) y avanzando hacia
temas más especializados (redacción académica, presentaciones orales
profesionales).
En cuanto a los procedimientos de enseñanza, utilizo
una variedad de actividades que promueven la participación activa de los
estudiantes y el desarrollo de habilidades comunicativas. Realizamos debates,
simulaciones de situaciones reales, juegos de roles, entre otros.
No descuido el aspecto actitudinal de la
enseñanza. Fomento el trabajo en equipo, la colaboración y el respeto mutuo en
el aula. Además, trato de inculcar en mis estudiantes la importancia de ser
proactivos en su aprendizaje y de mantener una actitud abierta y receptiva
hacia el idioma y la cultura angloparlante.
La selección adecuada de los contenidos
declarativos-procedimentales y actitudinales es fundamental en la enseñanza
universitaria, ya que contribuye al desarrollo integral de los estudiantes y
los prepara para enfrentar los desafíos de su futura profesión. Como docentes,
es nuestro deber reflexionar sobre estos aspectos y aplicarlos de manera
efectiva en nuestras clases, adaptándolos a las necesidades y características
específicas de nuestros estudiantes